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jueves, 25 de febrero de 2016

"EL REINO" DE EMMANUEL CARRÈRE

Acta Tragulia
21 de febrero 2016

Me doy cuenta que me resulta muy difícil hacer un acta de nuestra Tragulia, Uge tenía mucho mérito. Dicho esto todavía me resulta más difícil hacerlo sobre este libro.

Por aunar impresiones generales, casi todos hemos coincidido en que estilísticamente el libro es caótico, que esté narrado en primera persona como si de un diario personal se tratara, tampoco ayuda a introducirte en la historia, Carrere tiene una presencia constante, mezclando su vida personal con la historia de los evangelios, es como si hubiera cogido los diarios que fue escribiendo durante su crisis existencial y decidiera publicarlos. Para Jorge el estilo es sencillo y fluido a pesar de tratar un tema complicado.

En cuanto al tema principal del libro, la religión católica, los evangelios y porqué alguien decide en un momento crítico de su vida volver a creer, hubo distintas opiniones.

Para Soledad, el retorno a las creencias del autor, surgen en un momento de crisis y se aferra a su fe con la esperanza de aliviar su vida.

Carmen, ve a Carrere como un narcisista que lo único que quiere es escucharse a sí mismo y encuentra en la religión ser “el elegido”, como si fuera el hijo pródigo.

Laura considera que para las personas religiosas su fe les ayuda a enfrentarse a la muerte, como si de supersticiones se tratará y la fe un placebo para sobrellevarlo.

A Ruth, en un primer momento el tema le pareció interesante sobre todo la parte histórica y los evangelios, pero según avanzaba en la lectura no entiende la conversión de Carrere y no empatiza con él.

Concha por su tradición familiar y personal, siente un respeto enorme por la religión, aunque ella no es creyente.

Para Jorge, las comparaciones que hay de las distintas religiones hace que se desvirtúen, tal y cómo muestra a los evangelistas en el libro parecen franquiciadores vendiendo un producto, considera las religiones monoteístas como patriarcales, y le surge una pregunta “cómo se llega a ser creyente”.

Juan Carlos habla del sentimiento de culpa, que es una constante de las religiones, pero sobre todo de la religión católica. Se considera una persona espiritual y cree en algo, pero no puede explicarlo. Después de los comentarios que se han hecho sobre el libro no sabe si va a seguir leyendo (este libro)

Para Lis, el tema de las religiones le interesa mucho, Carrere intenta definir que es El Reino, los evangelios. Le llama la atención cómo cada evangelista ha dado una visión particular sobre la vida de Jesús, esa proyección que se hace de lo que pudo predicar y cómo va adquiriendo forma la iglesia como institución, tal y como la conocemos hoy día. Piensa que muchas de las preguntas surgidas en la Tragulia e incluso en el libro, cómo se llega a creer, la fe, la espiritualidad, no pueden razonarse.

Fernandiño nos habla de las distintas creencias que surgen en Brasil, iglesias que llegan a tener su propio ejército. Él se ve como una persona espiritual, y cuando entras en cuestiones de fe, no pueden explicarse.

Para Eugenio, el libro te va introduciendo en la historia de los evangelios, pero la presencia del autor en la narración no le gusta nada, mantiene un formula hecha que le asegura el éxito, sin profundizar, ni investigar, con un leguaje inapropiado incluso en la parte histórica. Para Uge la religión y la política van de la mano de ahí el surgimiento de las religiones monoteístas que anulan el pensamiento.

Mónica se centra sobre todo en el estilo de la narración, nada literario. Considera el catolicismo como un confesionario, igual que el judaísmo o el islamismo, generan miedo en la sociedad y todas se basan en tradiciones de cultos paganos que las religiones aprovechan para reivindicar sus fiestas señaladas, cómo el nacimiento de Jesús que era la celebración del solsticio de invierno y la iglesia católica lo convirtió en el nacimiento de Cristo.

Y yo (Marta) comparto con la mayoría que el libro estilísticamente deja mucho que desear, el motivo de elegir el libro fue la curiosidad de cómo llega el autor a volver a convertirse en católico, apostólico y romano…. Y la verdad es que me he quedado igual que antes de leerlo.

Lo bueno de éste libro (a pesar de Carmen), es que la religión es un tema que despierta debate, y en la Tragulia lo debatimos y mucho, así como también se nos despertó (aunque eso siempre) el apetito y las risas.

Próxima reunión el domingo 24 de abril con Doktor Faustus de Thomas Mann

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